El aprendizaje activo es “aprender haciendo”, los estudiantes se convierten en los protagonistas del aprendizaje y se involucran con el material, participan en la clase y colaboran unos con otros.
En el aprendizaje activo las actividades impulsan a los niños a pensar tanto en el trabajo que están haciendo como en el fin que hay detrás de él. Esto les permite evaluar, crear y analizar; aspectos fundamentales para la aplicación del conocimiento en el mundo real.
Ingredientes del aprendizaje activo
Existen cinco ingredientes clave en esta metodología de aprendizaje para niños en edades hasta los 3 años, que buscan motivar e incentivar su curiosidad y creatividad:
- Materiales: Existen muchos materiales adecuados para la edad, que el niño puede usar en una variedad de formas. El aprendizaje nace de las acciones directas del niño sobre los materiales.
- Manipulación: El niño tiene oportunidades de explorar (con todos los sentidos), manipular, combinar y transformar los materiales elegidos.
- Elección: El niño elige qué hacer. Como el aprendizaje es el resultado de los intentos del niño para conseguir sus metas e intereses personales, la oportunidad de elegir actividades y materiales es fundamental.
- Comunicación, lenguaje y pensamiento del niño: El niño comunica sus necesidades, sensaciones, descubrimientos e ideas a través de movimientos, gestos, expresiones faciales, sonidos, lenguaje por señas, y palabras. Los adultos valoran, asisten y fomentan las comunicaciones y lenguaje en forma recíproca.
- Andamiaje de apoyo del adulto: Los adultos establecen y mantienen relaciones de confianza con cada niño a su cuidado. Los adultos reconocen y fomentan las intenciones, acciones, interacciones, comunicaciones, exploraciones, solución de problemas y creatividad de cada niño.
Hay actividades que puedes hacer en casa que involucran estos ingredientes, por ejemplo, pueden crear juntos un separador de libros. Conoce cómo hacerlo aquí