Todos los padres desean lo mejor para sus hijos, es por eso que quieren que siempre obtengan buenos resultados académicos en sus evaluaciones. Sin embargo, muchos se preguntan cómo apoyar el proceso de preparación para los exámenes de la mejor manera y así garantizar que sus hijos logren los objetivos esperados.
En primer lugar es fundamental entender que las evaluaciones académicas no son el final del proceso de aprendizaje, es solo una etapa del mismo. Es decir, los resultados de las evaluaciones no son el único insumo para que los docentes sepan por dónde va el estudiante en la adquisición de contenidos y habilidades. Además, la evaluación también es un elemento que le permite identificar a los docentes si se hace necesario revaluar algo dentro del proceso, flexibilizarlo o añadir nuevas y más variadas estrategias a su ejercicio docente.
También es importante comprender que en el proceso evaluativo intervienen muchos elementos, no solamente los aprendizajes y habilidades adquiridos, sino también las emociones que pueden facilitar u obstaculizar el ejercicio. Preferiblemente la preparación para los exámenes no solamente debe enfocarse en repasar contenidos con los niños, sino también en brindarles un ambiente de seguridad y tranquilidad para que enfrenten ese proceso sin temores o ansiedades innecesarias.
Algunas de las recomendaciones que podríamos tener en cuenta son:
Asegúrese de que su hijo asista regularmente a clases
Los exámenes son un buen reflejo del interés y la energía puesta sobre el proceso educativo. Por esto los estudiantes que asisten de manera regular al colegio, tienen mejores probabilidades de aprender más y mejor, lo cual se verá reflejado en sus evaluaciones. Si su hijo se debe ausentar por motivos de viaje o enfermedad, asegúrese de que no solo se ponga al día con las actividades, sino que realmente aprenda y comprenda los temas abordados en clase durante su ausencia.
Manténgase al tanto del proceso de aprendizaje de su hijo
Es fundamental que los padres o acudientes conozcan los detalles del proceso de aprendizaje del estudiante. De esta manera no solo conocerán los contenidos aprendidos en clase, sino que también sabrán cuáles han sido las falencias y dificultades que se han presentado en el camino. Si el docente le sugiere ejercicios o actividades que pueda llevar a cabo para estudiar mejor con sus hijos, llévelos a cabo.
Provea un ambiente tranquilo
Recuerde que el proceso evaluativo no solo es cognitivo sino también muy emocional. Cuando el estudiante se siente tranquilo frente a su proceso y sus aprendizajes, si está empoderado frente a lo que conoce o lo que es capaz de hacer y si no se siente presionado, es mucho más probable que asuma la evaluación de mejor manera. Las altas exigencias con respecto a las notas, pueden generar el efecto opuesto al deseado y elevar los niveles de ansiedad de los estudiantes ya que deben responder ante demandas para las que muchas veces no se sienten capaces o listos para cumplir.
Planifique
Evite que la rutina de la mañana se convierta en peleas o discusiones. Para esto, es necesario organizar desde la noche anterior uniformes, útiles y todo lo que considere necesario para facilitar esta rutina. De esa manera su hijo llegará al colegio tranquilo y listo para enfrentarse a su jornada con la mejor actitud.
Anime a su hijo
Recuérdele lo mucho que lo ama y que las notas que obtenga en su evaluación no determinan la cantidad o calidad del amor que como padre le profesa. Garantícele que independientemente de sus resultados académicos, lo más importante para usted es que su hijo sea feliz. Dígale siempre que confía en él y que se siente orgulloso de sus logros.
La alimentación y el sueño son fundamentales
Una dieta equilibrada y suficientes horas de sueño deben hacer parte de la preparación para los exámenes. Un niño que ha comido bien y ha descansado suficiente está en mejor disposición de aprender, pensar y trabajar.
Retroalimente el proceso
Al momento de recibir el resultado de los exámenes, analice con su hijo el desempeño en el mismo. Intente no culparlo o criticarlo por haber hecho algo mal y enfóquese en identificar aquellos aspectos en los que su hijo requiera más apoyo. Establezca en casa rutinas que le permitan volver a estudiar y reforzar aquellos contenidos y habilidades que lo requieran.
Y siempre recuerde, en cada salón hay un artista que no necesita ser el mejor en matemáticas. Hay un empresario que no está interesado en la literatura. Hay un músico cuyas calificaciones en ciencias no importan. Hay un atleta cuyas aptitudes físicas son más importantes que el inglés. Un examen o una mala calificación, no determinarán los sueños ni los talentos de su hijo.
Astrid Rueda
Academic Coordinator
Floridablanca, Santander