El Bachillerato Internacional tiene como meta formar jóvenes solidarios, informados y ávidos de conocimiento, con habilidades de construcción para crear un mundo mejor y más tranquilo, dentro del marco del entendimiento mutuo y el respeto intercultural.
De la misma forma, los programas del IB no se enfocan únicamente en el desarrollo cognitivo, sino que también se tiene en cuenta el bienestar social, emocional y físico de los alumnos, así como también de asegurar que ellos aprendan a respetarse a sí mismos, y a los demás.
Los educadores del IB ayudan a los estudiantes a desarrollar y potencializar atributos durante su trayectoria por la educación del IB. A través de estos atributos, se logran sentar las bases para conseguir que la formación de los alumnos crezca y fluya con una mentalidad internacional.
El perfil de la comunidad de aprendizaje ubica al estudiante en el centro de la formación del IB, y cumple con sus diez atributos que reflejan la naturaleza de la educación del Bachillerato Internacional, los cuales son:
Indagadores: Cultivan la capacidad y al mismo tiempo desarrollan habilidades para la indagación y la investigación.
De mentalidad abierta: Desarrollan una apreciación crítica de las culturas propias e historias personales, así como de los valores y tradiciones de los demás. Comprenden distintos puntos de vista y están dispuestos a aprender de la experiencia.
Informados e instruidos: Desarrollan y usan la comprensión conceptual mediante la exploración del conocimiento en una variedad de disciplinas tanto en lo local como en lo internacional.
Solidarios: Muestran empatía, sensibilidad y respeto por los demás.
Pensadores: Usan habilidades de pensamiento crítico y creativo para lograr actuar de manera responsable ante problemas complejos.
Audaces: Trabajan de forma autónoma y colaborativa para explorar nuevas ideas y estrategias innovadoras.
Buenos comunicadores: Logran expresar con confianza y creatividad en diversas lenguas, lenguajes y maneras. De la misma forma, escuchan atentamente las perspectivas de otras personas.
Equilibrados: Entienden la importancia del equilibrio físico, mental y emocional para conseguir el bienestar propio y el de los demás.
Íntegros: Actúan con integridad y honradez, con sentido de la equidad, la justicia y el respeto por la dignidad y los derechos de las personas.
Reflexivos: Evalúan el mundo y las ideas propias.