La puntualidad es una cualidad bastante valorada en la vida profesional pues está claramente asociada con el respeto hacia los demás. Para los adultos, la noción y el manejo del tiempo son elementos cotidianos y el uso del reloj es fundamental para la organización de nuestras actividades.
Sin embargo, educar a los niños en la puntualidad requiere de ciertas estrategias, ya que para ellos la conciencia respecto al tiempo es muy diferente a la nuestra y, en edades tempranas, desconocen la forma de leer e interpretar un reloj. Con todo y esto, la formación de esta cualidad en nuestros pequeños los preparará mejor para la vida real que en algún momento deberán enfrentar de manera independiente y eficaz.
A continuación compartimos con ustedes algunas sugerencias para trabajar con ellos este valor:
► Es indispensable que el niño logre valorar la importancia de hacer una determinada cosa en un tiempo establecido. El diálogo es muy útil para tal fin, ya que a través de este podemos hacerle comprender, por ejemplo, que si no llegamos al cine a la hora debida, la película habrá comenzado y no podremos verla; o que si llegamos tarde al aeropuerto, el avión nos dejará. De esta manera el niño entenderá que la puntualidad está directamente relacionada con las posibilidades de aprovechar o perder oportunidades importantes en la vida.
► Crear rutinas no sólo es bueno porque ayuda al niño a sentirse seguro. Además, ayuda a crear hábitos en ellos. A pesar de no saber medir el tiempo, las rutinas bien establecidas les permiten saber que después de levantarse tienen que bañarse, después vestirse, desayunar e ir al colegio. Poco a poco, irán comprendiendo que esta serie de pequeñas acciones, tienen que llevarse a cabo en un tiempo determinado para poder llegar al colegio a la hora indicada.
► Los niños han de comprender qué tipo de sentimientos desencadena alguien impuntual, a esto se le llama empatía. Es decir, han de entender cómo se siente una persona cuando espera a otra que no cumple con los tiempos de llegada. También irá aprendiendo que las personas impuntuales van poco a poco perdiendo la credibilidad y el respeto entre sus pares, así como creando una imagen negativa relacionada con falta de seriedad, poco compromiso e incapacidad para manejar y organizar sus propios recursos.
► Hay que enseñar a los niños que las distracciones podrían llevarlos a ser impuntuales. Desarrollar cualquier actividad requiere de su total atención y concentración, de esta manera es mucho más probable que la termine a tiempo y la ejecute adecuadamente. Por ejemplo, el niño no podrá vestirse bien y con agilidad, si al mismo tiempo la televisión está encendida o si tiene a la mano un dispositivo electrónico para jugar.
► La manera más efectiva de enseñar la puntualidad es a través del ejemplo. Si los padres suelen llegar tarde a sus compromisos o los llevan tarde al colegio, los niños no valorarán la importancia de llegar a un lugar a la hora convenida.
► El niño debe aprender que algunos imprevistos pueden hacer que alguien no llegue a tiempo o que una tarea no se realice en el tiempo determinado. Sin embargo, es importante educarlos en la capacidad de prever estas situaciones y enseñarles que para evitarlos es conveniente preparar todo con suficiente antelación, y así no ir con prisas o a última hora.
No olvide que las etapas iniciales de la vida son las más importantes en la construcción de los hábitos y valores que reflejarán en su vida adulta. Por lo tanto, no desperdicie ni un solo momento en que pueda dar a su hijo las mejores herramientas sociales desde casa.
Astrid Rueda
Academic Coordinator
Floridablanca, Santander