El aprendizaje por proyectos (PBL por sus siglas en inglés) ha tomado auge en los últimos años en la educación en el mundo. Es un enfoque metodológico que tiene como objetivo fundamental que los niños aprendan los contenidos y desarrollen las habilidades que se esperan para su edad, a través del estudio continuo y sistemático de un problema de la vida real o un reto que los apasione. De esta manera, la curiosidad natural de las primeras etapas de la vida se prolonga y se generan aprendizajes más significativos y contextualizados.
Se ha demostrado científicamente que a mayor cantidad de conexiones cerebrales, mejor y más permanente resulta ser un aprendizaje. Es por esto que los contenidos fraccionados en asignaturas divididas por lo general se traducen en aprendizajes sin contexto ni significado y, por esta razón, con el tiempo tienden a olvidarse.
Los niños de hoy tienen necesidades muy específicas, dentro de las cuales se encuentran enfrentarse a un mundo que cambia día a día, ser críticos ante la avalancha de información a la que tienen acceso y ser tolerantes ante las diferencias de quienes nos rodean en un mundo cada vez más globalizado.
Esta metodología se enfoca cada vez más hacia la integración curricular y la resolución de problemas de la vida real, entendiendo que son la mejor estrategia para lograr que adquieran las herramientas para enfrentarse con éxito a la vida, mientras se fomenta la felicidad en los niños.